miércoles, 24 de octubre de 2012

Bill Clinton en Irvine

2012 es año electoral en América. Se eligen alcaldes, presidentes, senadores, congresistas, consejos escolares, juntas comerciales y se aprueban propuestas estatales cada cual más estrafalaria que la anterior (legalización de la marihuana y uso de trasgénicos, por ejemplo). Aquí, al igual que en España, hay un bipartidismo bastante pronunciado, siendo los Democrats los más afines a la izquierda -vamos, derecha moderada-  y los Republicans amantes de la derecha conservadora los que dominan de manera absoluta las urnas el día de las votaciones.

El 6 de noviembre se decidirá quién es el próximo presidente de los Estados Unidos, y después de los acalorados debates en los que parece ser que Obama ha salido ganador, los miembros históricos del pártido demócrata hacen un maratón de discursos a lo largo de la nación para captar votantes y dar el espaldarazo definitivo a los candidatos municiaples y regionales del partido que representan. En la UCI hemos tenido la suerte de poder ver dar un discurso hoy a uno de las figuras políticas del siglo XX, el presidente Bill Clinton. Y es que Bill fue un líder genial, amigo de sus amigos, de la música, mandatario en el momento cúspide de la economía yanqui a lo largo de la historia y, sobre todo, recordado por sus aventuras amorosas con su secretaria Monica Lewinsky. Y es que si lo más terrible que se le puede echar en cara a un presidente tras su mandato es una infidelidad, esto significa que ha hecho un trabajo impecable.

El acto empezaba a las cinco en el Bren Events Center (todos los conciertos, partidos de baloncesto y cosas así tienen lugar aquí), así que hora y media antes del comienzo ya estábamos esperando en la cola. Ya hace algo de frío en el sur de California, así que la espera no se hizo incómoda por el desconcertante calor otoñal que hemos tenido hasta ahora. De cualquier modo, hicimos estupendamente en llegar con antelación, ya que si bien estábamos bastante lejos de los primeros de la cola, el tumulto que se formó a nuestras espaldas tenía proporciones dantescas.

La cola empezaba en Vancouver
Cerca de las cinco de la tarde abrieron las puertas del pabellón y de manera ordenada y continua fuimos entrando todos al interior del recinto. En el contexto de un asesino conspirador habría sido fácil meter una pistola u otra arma letal en el estadio, ya que no nos cacheaban y la mochila la abrían un poco y nada más (habrá que tenerlo en cuenta para la siguiente ocasión, ¿no?). Tomamos asiento y con casi una hora de retraso empezaron a salir políticos inferiores a dar su discurso.

Un politicucho contando su vida
A los pocos minutos de empezar a hablar tuve que admitir que hay dos clichés acerca de los estadounidenses que son completamente ciertos. En primer lugar, los políticos decían que procedían de familias con recursos muy escasos en una zona muy marginal, y que con muchísimo trabajo, esfuerzo y ayuda de su comunidad habían llegado al lugar donde estaban. Y es que, a priori, el sueño americano hay que trabajárselo. En segundo lugar, los americanos son unos increíblemente forofos de la política. Cualquier consigna que el político gritase era ovacionada y aplaudida, en algunos momentos hasta el punto del sinsentido. Finalmente, y tras unos cuantas críticas a los republicanos, anunciaron la entrada del mítico presidente, de Bill Clinton:



El éxtasis se apoderó de la sala, era como ver entrar a Leo Messi en el Camp Nou, a Oppenheimer en el centro de control del proyecto Manhattan, una fiesta demócrata. Todos de pie aplaudiendo y grabando gigas y gigas de vídeos en lugar de apreciar la situación con esos ojos que tenemos en la cara. Me pareció gracioso (se puede ver en el vídeo) como el expresidente levanta el brazo de los candidatos a diferentes puestos, como si se tratara de luchadores de boxeo. El líder demócrata habló de lo malo que eran los republicanos, de impuestos, del sistema de salud que tienen en América (que sigue siendo, de momento, una parodia respecto al español) y de los jóvenes como el futuro de la nación.

Bill es el que está hablando. Vaya fotos hace la cámara en interiores...

Finalmente, antes de que terminara el discurso y teniendo que volver para cenar y otros menesteres, dejamos al señor presidente hablando hasta la próxima vez que haya que ayudar a levantar América.

Ésta no es mía, pero mola más

2 comentarios:

  1. ...Y haciendo los cuernos con la mano. ¿A quién?

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    1. Mel, tiene su explicación. Bill Clinton no está haciendo los cuernos, está haciendo el "zot" u oso hormiguero, mascota de la universidad...que se parece bastante a los cuernos pero no es lo mismo. Mira, te dejo un par de imágenes en las que se aprecia mejor la señal:

      http://www.socsci.uci.edu/files/socsci/news_events/zot_zot_zot_grad_2010.jpg

      http://ucirvinesports.com/support/other/zot.jpg?max_width=253&height=147&crop=true

      Un abrazo, Jorge.

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