Tras cinco meses y pico en la tierra de las oportunidades y de la hipocresía, ya voy teniendo más idea de cómo funciona el sistema universitario aquí, de sus diferencias con el español y por qué pienso que es, en general, mucho mejor que el que tenemos en casa. Amigos de las letras, perdonadme si en algunos casos me centro en la comparación de carreras de ingeniería, pero al fin y al cabo e de lo que uno sabe algo (no mucho pero bueno, un poquillo).
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Vista aérea de UC Irvine, mi campus |
En primer lugar, para acceder los estudiantes deben echar sus solicitudes a las universidades a la que quieren ir y en algunos casos entrevistarse con personal de la universidad para ver si el potencial estudiante merece la pena. Dada la competitividad que existe en este país, en la solicitud no solo se tienen en cuenta méritos académico (media GPA sobre 4 del instituto + nota del examen SAT -una especie de selectividad-), sino que para los campus más prestigiosos son necesarias las habilidades y experiencias sociales y personales del alumno: haber sido voluntario en una ONG, boy scout, tocar instrumentos musicales, haber formado parte del club de matemáticas, haber sido el quaterback de tu equipo y sobre todo por qué quieres ir a esa universidad (tu hogar durante los próximos cuatro años) son factores que pueden resultar determinantes a la hora de ser aceptado o descartado y convertido en un paria, porque creedme, aquí el estatus es importante (no es mismo ser admitido en la
Ivy League que en un
Community College).
En España, por el contrario, los criterios de admisión en las universidades públicas son meramente académicos (media de bachillerato y selectividad), y para acceder a la privada, sin contar con unas pocas honrosas excepciones, para acceder solo necesitas una buena cuenta bancaria.
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Parece que fue ayer. Sólo una carta de Hogwarts me habría hecho más ilusión. |
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Una vez entra uno en la universidad americana, la dinámica es completamente distinta a la española, porque aquí no solo se estudia, aquí la uni se vive y se siente. La inmensa mayoría de los estudiantes se traslada a vivir a las residencias del campus y toda su vida social se centra en las actividades sociales ydeportivas universitarias, salir con los amigos que hacen aquí y sentir los colores de la universidad (no me quiero inventar un porcentaje, pero diría que el 100% de estudiantes de mi universidad tienen ropa con el logo o el nombre de UC Irvine). Como saben mis compatriotas, en España el sentimiento de pertenecer a una universidad es prácticamente nulo. Por lo general, la gente estudia en sus respectivas ciudades viviendo en sus casas y la universidad se vive meramente en el ámbito académico. La universidad es simplemente el lugar donde vas a estudiar.
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Institucionalizado |
En el ámbito académico, la flexibilidad y variedad de las universidades americanas a la hora de escoger asignaturas es una de los factores que hacen que me decante por los académicos yanquis. Una vez declaras qué carrera quieres estudiar (generalmente tardas cuatro años hasta que consegues el título) puedes elegir entre una amplia variedad de clases, personalizando lo que estudias según tus intereses y así consiguiendo una educación más especializada y motivadora, ya que en ocasiones puedes evadir asignaturas que ni necesitas ni quieres estudiar. Asimismo, y finalmente centrándome en el punto que hace que prefiera la educación americana a la española, es el pragmatismo de la enseñanza. En Estados Unidos forman ingenieros para trabajar en la empresa, y la simbiosis "universidad-mundo de la industria y los negocios" goza de una salud envidiable. Es cierto -al menos por lo que a mí me ha tocado- que aprobar es bastante más sencillo que en España, pero es que en nuestro país sobreforman a los ingenieros sin proveerles una educación práctica, solo pensando en un ingenuo futuro como ingenieros académicos, y esa no es la realidad del mundo laboral. Lo que hace que Estados Unidos sea el país más poderoso del mundo no
solo ha sido el sueño americano de autosuperación, trabajo duro, la
situación estratégica del país durante la Segunda Guerra Mundial y las
invasiones a países con ingentes reservas de petróleo, sino el estímulo
de lo suyo, de lo made in USA. No podemos pretender que todos los ingenieros sean profesores, por lo que si España quiere mejorar económica y tecnológicamente, ha de invertir en el vínculo de universidad y empresa y eliminar al viejo profesor caciquista orgulloso de suspender al 80% de la clase tras haber puesto un examen con problemas que nunca tendremos que resolver en la vida real, y mucho menos con un límite de dos horas. Si nuestra industria crece, nuestro país crecerá y nuestros valiosísimos ingenieros serán incluso más valorados en el mundo entero. Fin de la confusa, insulsa e inconclusa reflexión.
Podéis ver que mi opinión no ha cambiado mucho en los últimos años: